Pero para el veterano boricua, el oponente es lo de menos cuando se trata de volver a jugar en un Clásico de Otoño.
"A mí no me importaría a quién enfrentaría, sean los Gigantes o puede ser quien sea", afirmó Molina en el AT&T Park de San Francisco. "El hecho de estar participando es algo muy grande."
El 2010 ha sido un año de altibajos para el veterano de 36 años. En el invierno, tuvo que conformarse con un contrato de un año y US$4.5 millones, después de aspirar a un pacto multianual viniendo de una temporada del 2009 de 20 jonrones, 80 empujadas y 44 extrabases con San Francisco.
Terminó renovando con los Gigantes, pero el 30 de junio, con el novato Buster Posey listo para asumir el puesto de cátcher titular del equipo, Molina fue canjeado a los Rangers por el relevista Chris Ray.
Tanto los Gigantes como los Rangers han hablado maravillas sobre la habilidad de Molina de manejar un cuerpo monticular y su liderazgo en general, pero la verdad es que del lado ofensivo, el oriundo de Río Piedras no produjo al bate como lo había hecho en los dos años anteriores.
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